Actualmente en nuestro planeta somos aproximadamente ocho mil millones de humanos. En el 2050 se considera que seremos diez mil millones. Cada día, consumimos diversos recursos y producimos un volumen enorme de residuos. En el 2021 se consideró que se necesitaban 1,7 planetas (Tierra) para cubrir las necesidades anuales de recursos y servicios ecosistémicos, por lo que podríamos aseverar que estamos produciendo una gran deuda ecológica. El impacto en el medio tiene una escala de afección global siendo la primera manifestación el calentamiento global.
Sabemos que nuestro sistema socioeconómico consumista y dependiente de combustibles fósiles, se ha convertido en el sexto componente del sistema climático constituido por la atmósfera, el océano, la superficie sumergida, la biosfera y la criosfera. El sexto Informe del IPCC, nos habla que la neutralidad del carbono en el 2050, nos conduciría a un fin de siglo a un aumento térmico de alrededor 1,5 C.
La aceleración es una característica que se hizo evidente en el siglo XX, siento el Artico la región del mundo que se está calentando a más del doble de velocidad de la media mundial. El hielo marino más antiguo y de mayor grosor está desapareciendo al doble de velocidad que el hielo del resto de la banquisa polar ártica. El que haya mayor superficie marina desprovista hace que se absorba más radiación solar, lo que refuerza el calentamiento en la región, fundiéndose cada vez más. Su permafrost (el terreno congelado de forma permanente) libera a la atmósfera metano y dióxido de carbono, como así también contenidos en la materia orgánica impactando en la liberación de virus y bacterias primitivas. Ya son perceptibles efectos en el paisaje: observamos cambios en la fauna y flora.
El aumento de las olas de calor, sequías e inundaciones de forma simultánea afecta tanto a las poblaciones humanas como a los ecosistemas. Se observan extremos climáticos con actividad de lluvias torrenciales, temporales de viento, nevadas, olas de frio y de calor, tornados, ciclones tropicales, entre otros. En este antropoceno, época de la historia geológica de la Tierra caracterizada por el impacto global de las actividades humanas, nos habla de la singularidad del cambio climático.
Movimientos migratorios producto de continuas y devastadoras catástrofes naturales que afectan a diversos territorios acrecentarán los procesos de desigualdad social con sus consecuentes problemas políticos y económicos. El clima del futuro dependerá no sólo de la actividad solar y de la volcánica (como de otras causas naturales) sino también de cómo actuemos.
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