Relatos pasados
En nuestro IV (cuarto) encuentro presencial, estuvimos observando y analizando conjuntamente, cómo los datos dan cuerpo a diversas interpretaciones. Señalábamos en esa ocasión una afirmación que cobró fuerza a medida que la desovillábamos el Teórico: la escala crea al fenómeno. Observamos el impacto de las mediciones de dióxido de carbono a través de diversos registros provistos por la curva de Keeling. Claro que este ingeniero químico devenido en geólogo, tuvo que crear el dispositivo para poder ver: perfeccionó las técnicas de medición y observó variaciones diurnas, estacionales e incrementos anuales. Los mismos, tenían una correlación con los combustibles fósiles quemados.
Cuando éste comenzó su trabajo, la mayoría de los científicos no creían que las emisiones de automóviles y fábricas pudieran tener un efecto mensurable sobre el clima terrestre, y daban por hecho que casi todo el dióxido de carbono sería absorbido por las plantas o los océanos.
Sus mediciones a 3000 metros de altura en el Mauna Loa de Hawai, mostraron que los niveles de dióxido de carbono ascienden y descienden con las estaciones, fluctuando al ritmo de la vegetación en el hemisferio norte. Asimismo, los datos demostraban también que los niveles de dióxido de carbono estaban aumentando año tras año.
Lo interesante de este análisis es aquello que en estos momentos queda oculto. Esto es: no todo está creado, dado, establecido. Hay que inventar el dispositivo que haga posible intuir o ver el fenómeno a teorizar o diseñar y esto lo supo Keeling.
Les dejamos aquí el power point compartido:
https://drive.google.com/file/d/11FBqZrslpCwVivRZKk0DMXrulECzMsQ-/view?usp=sharing
Variaciones epocales
En este espacio de escritura, más conceptual que coloquial, deseamos abordar cómo las diferentes prácticas de articulación entre la producción artística y la acción política, se ponen de manifiesto en las dimensiones que presenta Timothy Morton en Hyperobjetos. Este vínculo no es pacífico sino constituye un territorio de tensiones, desencuentros y proposiciones.
Cual los “Bárbaros de Baricco” (Ensayos sobre la Mutación del 2006) nuevamente nos encontramos con el esfuerzo por comprender las formas de ser con los consecuentes nuevos sentidos que se despliegan en este comienzo de siglo.
Las imágenes del Apocalipsis pasado y quizás futuro, junto a las mutaciones tecnosubjetivas que se han ido desarrollando, nos invitan a pensar en las implicancias de estos hyperobjetos.
La exquisitez del texto, nos devela su origen artístico: Hyperballad. Si, Morton se encuentra embelesado por la poética de Bjork en un tema del disco (¿) Post (1996). En la canción mencionada ella dice: todos los días para volver a ser uno y ser feliz, se debe ir eliminando la negatividad que se presenta en nuestro camino. Para ello, camino hasta a la cima de la montaña e imagino caer con el cuerpo al vacío pero …al llegar, observo con los ojos abiertos, retomo fuerzas y decido no caer. Arrojo objetos, al abismo, intentando despojarme de aquellos temores que nuestras incertidumbres presentan.
Hiperballad como hiperobjetos. Sensaciones que el espíritu burgués nos ha impregnado, nos ha envuelto. Están en todos los lugares y ninguno, viscosamente nos arrulla.
La realidad social de nuestro país, es un buen escenario para hacer pie en estas sensaciones. La búsqueda de objetos extensos en el tiempo y el espacio son imposibles de señalar o detectar directamente, afloran en nuestro escenario con claridad absoluta.
No es necesario pensar en las imágenes de la lluvia , de basurero en el vacío del abismo, o del cambio climático (es imposible tocar el calentamiento global pero se puede sentir el clima) para encontrar un objeto viscoso, no local que brota por doquier al estar en todas partes y ninguna a la vez.
La ignorancia de la violencia, constituye un nivel que la Barbarie no detecta (y por ello nuestro señalamiento). La violencia es silenciosa, soterrada y brutal a la vez. Un gatillo fácil, una piedra, un grito, una mirada, una risa o respiración en un momento discursivo fatal:
“Queridos argentinos. Qué semanas y meses hemos pasado desde abril. Sé perfectamente todas las cosas que deben estar pensando y sintiendo. Y las sé porque yo también lo siento. Por eso voy a explicarles por qué estamos pasando lo que estamos pasando; por qué cuando parecía que veníamos bien, sentimos que volvemos para atrás”(…) Nada es fácil. Me encantaría que ustedes tengan todo lo que necesitan, ¿Creen que me hace feliz contar esta realidad? ¿Que me hace feliz no dar los recursos a la gente que más lo necesita? ¿Quién puede pensar que yo no querría pagarle a todos los profesores universitarios todo lo que piden? Claro que querría darles más aumento a los profesores universitarios, también a los enfermeros, policías. Me encantaría tener más presupuesto para ciencia y tecnología, donde se construye el futuro del país o avanzar más rápido con las obras de cloaca, agua potable, rutas, jardín de infantes que prometimos. Pero nuestro problema es que para empezar a construir el país que queremos y para hacer esas cosas y más, tenemos que equilibrar nuestras cuentas.» (Discurso pronunciado por el Presidente Mauricio Macri – 3 de Septiembre 2018).
Walter Benjamin estaba obsesionado por las transformaciones. Justamente, en sus colecciones intentaba encontrar indicios o fragmentos sobre ellas: su mirada no estaba dirigida a entender de qué se trataba el mundo, sino en comprender en qué se estaba convirtiendo.
Retomemos lo expresado: lo relevante es descubrir los indicios de las mutaciones que acabarán disolviendo el presente; no se trata de tener la capacidad de situar el objeto de estudio en los mapas conocidos, sino de intuir de qué manera ese objeto modificará el mapa actual.
Si pensamos en narrativas y consumos culturales, volvemos a la actuación que nos regala Natalie Portman en su rol de Bióloga en la película Aniquilación. Allí ensaya estas mismas argumentaciones: La diferencia entre la destrucción y el cambio, se da en la posibilidad de encontrar nuevas formas, constituir algo nuevo. La violencia funcionando en un plano hiperobjetal.
Al respecto, podemos decir que la violencia puede ser física o psicológica. Cuando es un fenómeno físico, tiene lugar en un espacio- tiempo que se encuentra masivamente distribuido, siendo no local, brotando por todos lados y ninguno a la vez. Su viscosidad psicológica, nos permea, envuelve, presintiendo que nuestro accionar o destino, ya ha sido establecido.
Por ello las “Bocanadas” de Graciela Sacco en Rosario allá por el 1992. Como hiciera Rimbaud en su escritura en la Comuna de Paris, en respuesta al terror burgués: transformar el mundo y cambiar la vida.
Rimbaud y su escritura : el programa revolucionario, fruto de la experiencia y la sabia reflexión sobre la lucha del pueblo durante siglos, se añadía la pulsión de la primavera humana en el mundo y la escritura febril y visionaria del amor insurrecto capaz de transformarlo todo.
Como señalaba nuestro Titular, Alejandro Piscitelli, en nuestro pasado encuentro presencial, las vanguardias del siglo pasado, dadaístas, surrealistas, letristas, situacionistas, futuristas, expresionistas, etcétera, llevaron adelante poéticas insurreccionales.
Alteraron el mapa de los valores establecidos, estableciendo nuevas dimensiones, rompiendo o transformando las convenciones, inaugurando la imposibilidad de una única representación, expresando realidades cambiantes, subjetivando al color mismo e insistiendo en la velocidad y la simultaneidad como elementos condicionantes de la vida contemporánea.
Las tensiones sociales y políticas son graves durante la primera mitad de siglo, y tanto la guerra como el período en entreguerras provocan en los artistas su ira, su frustración ante lo absurdo, su necesidad de expresar la dureza del mundo que estaban viviendo, distanciándose de los lenguajes y de las formas tradicionales.
Morton planta bandera. Sabe perfectamente que formamos parte de un nuevo pliegue. Su poesía nos recuerda a Spinetta en Alma de Diamante: y aunque el sol / se nuble después / sos alma de diamante / cielo o piel / silencio o verdad / sos alma de diamante.
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